José Antonio García
Cordero (Alcalá de Guadaíra, 51 años, casado y con 2 hijos) es desde
2007 jefe de fotografia de El País Andalucia, medio para el que realiza fotos y coordina la edición gráfica. Entró en el mundo
de la fotografía desde la afición al cine que cultivó en su etapa de estudiante
salesiano. En un colegio con tanta actividad cultural cayó seducido por el
mundo de la imagen y fue la fotografía, más accesible, la que le ganó para
siempre.
Sus inicios tuvieron
como campo de entrenamiento la prensa local que conformaban en los 80 el
Alcalá/Semanal y las publicaciones municipales, para saltar a El Correo de
Andalucía donde estuvo trabajando durante 6 meses. Su talento y desparpajo le
llevaron desde el decano de la prensa sevillana a la redacción de El País
Andalucía. Allí empezó de colaborador asumiendo todo tipo de encargos y allí
continúa desarrollando su labor profesional en un mercado que, reconoce, cada
vez se torna más difícil. En todo este tiempo, Jose Gª Cordero ha simultaneado
su labor en El País con otras publicaciones del grupo PRISA como diario AS
durante 3 años, revistas y publicaciones monográficas sobre política y trabajos
como freelance.
-¿Qué tipo de
fotografías hace Vd. para su periódico?
-El fotógrafo de prensa
toca de todo. Es verdad que hay temas que te gustan más o menos y que los
controlas mejor. Me siento muy cómodo en la información política, aunque
también he hecho información deportiva. A mucha gente no le gusta la actualidad
política porque le parece monótona. En este tipo de información la imagen hay
que buscarla, no te viene dada como en aquellos temas más plásticos. Aquí el
trabajo es seleccionar para que la historia que cuentas transmita al lector.
Porque el fotógrafo de prensa, sobre todo, tiene que contar historias. Mientras
el redactor lo hace con la palabra yo lo hago con las imágenes, y como todo
lenguaje el de la fotografía tiene sus pros y sus contras.
-¿Cuáles son las
ventajas del fotoperiodista?
-En su rutina
productiva, el redactor recoge en la noticia lo que le ha transmitido la
fuente, puede contrastar, pero ha de reflejar lo que le cuentan ateniéndose a
unas limitaciones. En fotografía el periodista tiene más capacidad de escarbar,
de ir un poco más allá mostrando matices están ahí y que no se pueden decir con
claridad. No es manipulación, es el reflejo de parte de la realidad de la forma
más honesta posible.
-¿Los políticos son sus
principales lectores?
-De los más fieles,
seguro. Cada día consumen la prensa que informa, interpreta y donde se opina a
diario sobre ellos, y en lo que a la fotografía se refiere a veces interpretan
por exceso las fotos que les publicamos leyendo aspectos que no estaban en la
intencionalidad del reportero gráfico.
-Deporte y política,
¿qué tienen en común?
-La competencia, la
necesidad de ganar y de persuadir. Ambos campos de la actualidad, política y
deportes, contienen mentiras y verdades. El deporte profesional tiene mucho de
mentira y en política, por el contrario, hay más gentes honesta y trabajadora
de la que muchos se creen. No todos los políticos son iguales. Son producto de
la sociedad, y si ésta es corrupta también lo serán sus políticos.
-¿Qué futuro le ve a la
imagen en prensa y al periodismo?
-Lo veo complicado.
Mientras que la imagen cada vez tiene más importancia en nuestra vida diaria,
crece el consumo masivo sin calidad. Los medios de comunicación son más
audiovisuales, hay un repunte del vídeo por su alta componente comercial, a
cada vídeo en internet le antecede un spot. Además, asistimos a una
socialización de la imagen gracias a la tecnología que deriva en una inflación
de imágenes. Llegará un momento en que haya que depurarlas para que sirvan para
algo, priorizándose no la cantidad, sino la calidad. La imagen tiene que contar
algo, porque la primera función de la imagen en un periódico es llamar la
atención del lector y a partir de ahí transmitir una historia desde un
compromiso social.
-¿Qué historia le
gustaría contar?
-Historias colectivas,
de compromiso y de solidaridad. Temo que la crisis que nos afecta, además del
empobrecimiento material, con menos recursos en sanidad, educación o servicios
públicos, nos depare un deterioro social que es aún más grave. Porque cuando
las cosas van mal somos más individualistas y egoístas y lo que nos hace
fuertes es estar juntos. Hacer un colegio o una carretera se recupera, pero el
deterioro espiritual de la sociedad es más difícil de restablecer.
-Trabaja en Sevilla y
vive en Alcalá, ¿lo lleva bien?
-De maravilla, soy
alcalareño, vivo en Alcalá y estoy comprometido con mi pueblo. Por mi trabajo
hubiera sido más fácil irme a Sevilla pero preferí quedarme. Cuando paseo por
Alcalá voy sin cámara pero mantengo en pie mi mirada crítica. Veo y analizo lo
que veo. Y sí, soy feriante, socio de la caseta la Fuente del Piojo. Cada año
se hace un pregón la noche del pescaíto y el año que me tocó hacerlo a mí
pronuncié uno que llevaba por título ‘A mí no me gusta la Feria’. Me escucharon
todos, pero no me hicieron caso y ahí seguimos.
Fuentes:
Fco. Javier Maestre Caballero en entrevista a José A. García Cordero